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Bebidas azucaradas y muertes en México.

7% de los fallecimientos anuales en adultos se atribuyen a las bebidas azucaradas.



Es cierto: las bebidas azucaradas son un riesgo para la salud. Las estimaciones más actuales le atribuyen a su consumo el 7% de las muertes en adultos mexicanos.



Aunque puede parecer sorprendente, desde hace años diversos estudios poblacionales y clínicos han encontrado daños a la salud ocasionados por el consumo de bebidas azucaradas. Algunos de ellos ocurren de inmediato, desde la primera lata o botella que se bebe; mientras que otros efectos van acumulándose por el consumo habitual y aumentan las probabilidades de que ocurran eventos nocivos.


Los refrescos y las bebidas azucaradas, en general, son fabricadas para ser agradables al paladar y despertar el gusto por sabores dulces e intensos, como ocurre con los refrescos. Sin embargo, tienen niveles altísimos de azúcar, sodio y calorías, lo que ocasiona que tomarlas sea perjudicial para la salud.



A pesar de estos riesgos, México se encuentra entre los países con una mayor ingesta de bebidas azucaradas por persona, con aproximadamente 163 litros al año por persona1. Si se considera que no todos los mexicanos las consumen, se pensaría que quienes toman bebidas azucaradas, ingieren mucho más que el promedio.



Sobre los daños a la salud, se ha demostrado que un alto consumo de azúcares produce enfermedades como obesidad, trastornos metabólicos y caries. A su vez, la obesidad se relaciona con diabetes tipo II, hipertensión, dislipidemias, algunos tipos de cáncer y con una inflamación crónica que debilita la respuesta inmune. Por otro lado, se sabe que tener una dieta alta en sodio está relacionada con el desarrollo de hipertensión.


La presencia de estas enfermedades y las afectaciones al sistema inmune son de especial interés en el contexto actual de la pandemia por COVID-19, ya que una persona con obesidad, diabetes, hipertensión o un sistema inmune debilitado, será más susceptible a enfermar gravemente por el virus.



MEJOR BEBE AGUA

Por si esto fuera poco, las enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas también aumentan el riesgo de vivir con discapacidad y el riesgo de muerte prematura.


A finales de 2019, un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y la Universidad de Tufts publicaron un estudio en el International Journal of Obesity para actualizar qué porcentaje de las muertes podría atribuirse al consumo de bebidas azucaradas.


Para llegar a estos hallazgos, los autores del estudio realizaron estimaciones utilizando el consumo de bebidas azucaradas y las defunciones por enfermedades relacionas con bebidas azucaradas en México durante 2012 y la evidencia más actualizada de sobre el riesgo de mortalidad atribuible a estas bebidas. Los datos fueron provinieron de fuentes como la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 y estadísticas del INEGI.


resultados del estudio mostraron que el 19% de las muertes por diabetes, eventos cerebrovasculares, y cánceres relacionadas con obesidad fueron atribuibles a las bebidas azucaradas. En contraste, del total de las muertes por todas las causas en adultos de 20 años en adelante el 6.9%, equivalente a 40,842 fallecimientos, se puede atribuir a la ingesta de estas bebidas. Estimaciones anteriores (presentadas en 2014) habían calculado 24,1002 muertes anuales atribuibles al consumo de bebidas azucaradas en México. Es decir, la nueva evidencia mostró un incremento significativo en las muertes asociadas al consumo de bebidas azucaradas.


Los resultados de este estudio dan cuenta de la importancia de realizar estrategias desde la salud pública que disminuyan el consumo de bebidas azucaradas, a fin de evitar casos de enfermedades crónicas, muertes relacionadas y gastos en atención a estos padecimientos.


Dos estrategias en las que INSP ha participado activamente en la generación de evidencia han sido 1) la aplicación del impuesto de un peso por litro a bebidas azucaradas, entrado en vigor en 2014 que ha ido ajustandose con la inflación y, 2) la evidencia para sustentar el etiquetado de advertencia, el cual entrará en vigor el 1 de octubre de 2020.


Este sistema de etiquetado ha demostrado ser más efectivo que las anteriores guías diarias de alimentación para darle a la población la información que necesita para elegir opciones de compra más saludables.



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