El carbón activado o carbón activo es un elemento poroso que atrapa compuestos, en primer lugar orgánicos, presentes en un gas o en un líquido. Lo hace con tal efectividad, que es el purificante más utilizado por el ser humano.
¿Para qué sirve el carbón activado?
Potabilización de agua.
(El carbón retiene plaguicidas, grasas, aceites, detergentes, subproductos de la desinfección, toxinas, compuestos que producen color, compuestos originados por la descomposición de algas y vegetales o por el metabolismo de animales…)
Deodorización y purificación de aire.
Por ejemplo: en respiradores de cartucho, sistemas de recirculación de aire en espacios públicos, venteos de drenajes y plantas de tratamiento de agua, casetas de aplicación de pinturas, espacios que almacenan o aplican solventes orgánicos.
Tratamiento de personas con intoxicación aguda.
El carbón activado se considera el “antídoto mas universal”, y se aplica en salas de urgencias y hospitales.
Refinación de azúcar.
El carbón retiene las proteínas que dan color al jugo de caña; el objetivo fundamental de este proceso es evitar que el azúcar fermente y se eche a perder.
Decoloración de aceites vegetales.
(Como el de coco). Glucosa de maíz y otros líquidos destinados a la alimentación.
Decoloración y deodorización de bebidas alcohólicas.
(como vinos de uva y destilados de cualquier origen)
Recuperación de oro.
El oro que no se puede separar de los minerales por los procesos de flotación, se disuelve en cianuro de sodio y se adsorbe en carbón activado.
¿Qué tipo es el más adecuado para purificar el agua?
Los contaminantes más usuales en aguas de pozo suelen ser de bajo peso molecular y, para estos casos, el carbón más adecuado es uno de alta microporosidad.
Los carbones que mejor cumplen con esta condición son, en primer lugar, los de concha de coco y, en segundo lugar, los minerales bituminosos.
Carbón vegetal de cáscara de coco y de madera.
Las materias primas más utilizadas para fabricar carbón activado son: maderas poco duras (como la de pino), carbones minerales (ligníticos, bituminosos y de antracita) y cáscaras o huesos de vegetales (concha de coco, hueso de aceituna o de durazno, cáscara de nuez).
Los carbones activados fabricados a partir de maderas poco duras, forman poros de diámetro grande, y son en especial adecuados para decolorar líquidos.
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